jueves, 10 de diciembre de 2009

Lectura interpretativa de Frankenstein o el moderno Prometeo de Mary Schelley

Por Sabely Vivar Arias
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Considero que la obra por un lado busca resumir los miedos de una sociedad en proceso de cambio, ya que no sólo se transforman la naturaleza y la sociedad, sino también la mentalidad y la lengua de los hombres, una Inglaterra que se llena de angustia e interrogantes ante los vertiginosos cambios provocados por la Revolución Industrial y un constante enfrentamiento entre ciencia y ética.

En la obra los roles de sexo cambian por completo, dan un gran giro pues ahora, por primera vez, el hombre es el que engendra a la criatura, aunque lo que resulta es un aborto viviente destinado a la marginación. Este ser es tan dependiente como la mujer de su momento y, al igual que ella, tiene que iniciarse en el conocimiento del mundo sin ayuda. Se trata de un monstruo diseñado a partir de pedazos de seres humanos, que termina desarrollando sus propias ideas y sentimientos, una clara asimilación al papel de la nueva mujer que, como ella, su madre o el propio Frankenstein, son vistos como algo abominable que contradice todas las creencias predominantes hasta el momento. Es una clara muestra de lo que buscaba presentar Mary. Además Frankenstein adopta la forma de una narración confesional (la que tradicionalmente se atribuye a las mujeres), a pesar de que las tres voces claves del relato (Walton, Frankenstein y la criatura) son masculinas.

Frankenstein, como casi todas las novelas góticas de su período, mezcla una temática intensa y marginal con una especulativa y que presenta ideas sin precedentes.[ En lugar de focalizarse en los giros y cambios del argumento, la novela resalta las luchas mentales y morales del protagonista, Víctor Frankenstein, y Shelley combina el texto con su propia dosis de romanticismo político, el cual critica el individualismo y el egocentrismo del romanticismo tradicional.[]
Podemos ver como Víctor Frankenstein se rebela contra la tradición, crea vida y modela su propio destino. Estos rasgos no son retratados positivamente; como escribe Blumberg, «su impecable ambición es un engaño a sí mismo, disfrazada como la búsqueda de la verdad». []Frankenstein debe abandonar a su familia para cumplir su ambición.
Mary Shelley creía en la idea basada en los pensadores de la Ilustración de que la gente podía mejorar la sociedad a través del ejercicio responsable del poder político, y temía que la práctica irresponsable de ese poder llevaría al caos. En la práctica, sus obras critican ampliamente a los pensadores del siglo XVIII tales como sus padres, los cuales creían en que debería generarse un cambio. El monstruo de Frankenstein, por ejemplo, lee libros asociados con ideales radicales, pero la educación que obtiene no le sirve.

Sin embargo se concibe que el “monstruo” es en realidad un ser que siente, que valora y que sufre por el rechazo; por no poder encontrar su identidad, se siente extraviado ante un mundo que jamás se le fue presentado, un mundo que lo ve como elemento inservible y dañino, por tanto La criatura de Víctor Frankenstein, que se apropia del nombre de su creador, es un “ser bello”, que aprende a hablar y lo hace con gran elocuencia. Es un ser fuerte, de sentimientos profundos que se encuentra perdido en un mundo que intenta comprender. Pero sobre todo es un ser condenado a la soledad y esa es la gran tragedia de esta historia. Es así que no sólo él muestra interés en querer conseguir alguien que esté junto a él, que lo entienda y que lo valore por lo que es, sino que también ya en las cartas de Robert Walton, el aventurero que en el polo Norte halla a Víctor Frankenstein, se expresa añoranza por no tener la compañía de una persona con la que coincidir en gustos e intereses y se insiste en lo importante que es para las personas la amistad, es así que el tema de la soledad, de la tristeza por la falta de compañía es central en la obra. Por eso, la reacción del monstruo al serle negada una compañera es tan atroz. Jura vengarse en la noche de bodas de su creador y así lo hace, matando a Elizabeth, la enamorada de Víctor desde la infancia.

Se puede entender de esta manera que, Frankenstein es una novela que rompió los cánones de su época. Aunque los personajes principales sean hombres, la visión femenina de la creación de la vida, de la concepción y la destrucción, está presente en todos los pasajes y eso la convierte en aún más moderna. Porque cuando Robert Walton añora un amigo, es Mary Shelley quien nos está dejando sus pensamientos más íntimos. Ella se puede reflejar en el aventurero, el joven científico solitario, el monstruo dolido que clama venganza. Su vida fue muy dura. Mary Shelley sabía bien lo que significaba dar vida y perderla trágicamente.

Además la autora también reivindica el papel femenino desde su propia manera de plantear el relato. Mary Shelley publicó la obra en su primera edición (1818) de forma anónima y la estructuró como un relato compuesto por distintas narraciones-retazo incrustadas unas en otras al igual que la criatura. Esta obra contiene serias y profundas implicaciones ideológicas, a pesar de la temprana edad que tenía Mary Shelley cuando la escribió. Digo esto porque contiene aspectos latentes de la crisis social, religiosa y metafísica de la historia de Occidente a partir de la Revolución Francesa.

Mary Shelley produjo algo nuevo: el monstruo de Víctor Frankenstein es el primer gran mito de la era industrial, en el que Dios está ausente y el hombre científico hace el papel de creador. El hecho de que en esta creación no haya participación femenina alguna lo convierte, además, en un mito único. El arraigo de este mito quizá se explique por el hecho de que anuncia muchas de las preocupaciones que ha suscitado el progreso científico, y también porque alude a la naturaleza dual del hombre.
Frankenstein, con su gran equilibrio entre lo exterior del relato de aventuras y la profundidad de la psicología de los personajes, muestra la madurez intelectual que su autora tenía a los diecinueve años. Sin embargo, parte de su valor reside en la abundancia de saber que revela. Mary Shelley tenía una cabal comprensión de la ciencia y de la empresa científica de su época; conocía el evolucionismo de Erasmus Darwin, el galvanismo, la electricidad, los descubrimientos de la fisiología. Parece ser que Mary Shelley conocía las teorías de un médico y filósofo naturalista llamado Erasmus Darwin (abuelo del famoso Charles Darwin) que establecía analogías entre el fluido eléctrico y el fluido nervioso. También se cree que la figura del doctor Frankenstein estuvo basada en la personalidad de un físico y filósofo escocés llamado James Lind (1736-1812) que había sido el tutor científico de su marido cuando estudiaba en Eton, que había filosofado sobre la naturaleza del principio vital, el galvanismo y los procedimientos de reanimación de personas ahogadas o asfixiadas. Pero aunque Mary conocía estas teorías, es indudable que estaba más interesada en sus consecuencias morales que en los detalles científicos de las mismas.

El personaje prometeico por excelencia de la novela Víctor. Es el nuevo Prometeo al que hace referencia el título de la novela de M. Shelley. En este caso se manifiesta su prometeismo por sus pensamientos, palabras y actos. En el capítulo 1, del volumen I, menciona Víctor sus pensamientos juveniles, influidos por las quimeras esotéricas o herméticas: la búsqueda de la piedra filosofal y del elixir de la vida, la eliminación de la humanidad de toda enfermedad y a hacer invulnerables a los hombres a todo (exceptuando la muerte violenta) y la provocación a voluntad de fantasmas y demonios. Es posible encontrar en estos pensamientos algunas características asociadas al prometeismo: el ansia de conocimientos y el objetivo de beneficiar a la humanidad con conocimientos y técnicas que mejoren su situación y la ayuden a superar los aspectos más negativos y tristes de su condición. La actitud de Víctor es algo interesada, aunque sus intereses no sean burdos o de tipo material (consecución de riquezas), ya que busca la fama o el reconocimiento de sus semejantes, en comparación con el aparente desinterés que caracteriza a Prometeo.

No obstante, Frankenstein siempre será para muchos ese monstruo anónimo que sólo heredó de su padre el apellido. Un ser nacido contra su voluntad, como todos nosotros, pero que asumió su existencia e intentó vivir y morir bajo sus reglas. Pero también se ha convertido en el paradigma de la ciencia por excelencia, la frontera oscura y tenebrosa que quiere, o debe, establecer los límites a la investigación científica. Con ello, se muestra claramente que La novela de Shelley revive un temor primigenio del ser humano que lo coloca en una disyuntiva: la tecnología se le hace cada día más indispensable para asegurar su existencia, pero a la vez le agobia pensar que puede causar su exterminio, ser víctima de su propia creación.

Dentro de la obra, son muchos los temas que pueden comentarse al leerla. Dentro de ello podemos encontrar:
El principio de la vida y el mito de la creación.
La libertad y la responsabilidad.
La presencia de los sobrenatural y lo horrendo y de la propuesta científica.
La falta de neutralidad de la ciencia.
La imaginación y la razón. La emoción y el intelecto.
La instrucción y la necesidad de independencia de las mujeres.
La formación de la personalidad en la relación con otras personas.
El ansia de saber.
La creación y la destrucción de nuestros propios monstruos.
El buen salvaje y la corrupción de la inocencia.
El conflicto entre el creador y la criatura, entre el padre y el hijo.
El rechazo de la pena de muerte.
La exaltación de la amistad.

La riqueza de significados de Frankenstein o el moderno Prometeo ha dado lugar a múltiples interpretaciones y a que, siglo y medio después de que una joven de dieciocho años la escribiera, se siga llevando al cine, al teatro o a otros medios de expresión como el cómic.
Dentro del cine se puede ver que la magnífica obra llega a ser desfigurada, por sus diferentes adaptaciones, así en 1910 se presenta la primera adaptación en cinta de 16 minutos es la primera adaptación a la pantalla de los personajes de la novela de Mary Shelley y fue producida por Thomas Alva Edison. La película fue rodada en cine mudo y cámara fija en plano general durante toda su duración. También se conocen versiones como:
1931 - Frankenstein (El doctor Frankenstein). D: James Whale.
1939 - Son of Frankenstein (La sombra de Frankenstein). D: Rowland V. Lee.
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1994 - Frankenstein (Frankenstein, de Mary Shelley). D: Kenneth Branagh.

Es claro que la novia de Frankenstein no tiene ninguna relación con lo presentado en la novela, y quizás sea a través de estas adaptaciones que la novela no ha podido ser difundida correctamente y se ha creado en la mayoría de personas una idea errónea de lo que representa y de lo que contiene la obra en sí.
En pleno siglo XXI, el avance científico-tecnológico plantea nuevamente la vieja disyuntiva: biotecnología, terapia genética, clonación,...las posibilidades para mejorar las condiciones de existencia del hombre se perfilan infinitas, aunque también podría significar el fabricar seres humanos a gusto del cliente. La cibernética aplicada a la salud está cada vez más cercana como por ejemplo el uso de prótesis robóticas más refinadas, es decir, el ser vivo se integra al autómata, Todo esto nos atemoriza al modificarse radicalmente la relación del hombre con la naturaleza. En las sociedades más tradicionales las funciones del individuo estaban claramente definidas y había armonía entre la naturaleza, la sociedad y el hombre. La ciencia hizo desaparecer este marco y esta seguridad, lo modificó todo radicalmente y creó una inseguridad ante los cambios y la ruptura del equilibrio.

1 comentario:

Audiolibros en castellano dijo...

Buenas:

Desde hace un tiempo grabo audiolibros. Hace un tiempo grabé Frankenstein. Comparto con vosotros el enlace con la intención de ayudar a aquellos que puedan tener alguna dificultad para leer o acceder al libro:

https://www.youtube.com/watch?v=oCWKR2sC1AQ

Un saludo :)