jueves, 9 de diciembre de 2010

El próximo semestre

Semestre 2011-I

Curso: Interpretación de textos I

LA INVESTIGACIÓN DE LA TRADICIÓN ORAL Y TESTIMONIAL PERUANA


Controles de lectura:

CL1: VALDERRAMA, Ricardo (y) ESCALANTE, Carmen. 1982, Gregorio Condori Mamani. Autobiografía Centro de Estudios Rurales Andinos “Bartolomé de las Casas”, Cusco.

CL2: MATOS MAR, José (y) CARVAJAL, Jorge. 1974, Erasmo. Yanacón del valle de Chancay. Instituto de Estudios Peruanos, Lima.

CL3: VALENZUELA, Pilar (y) VALERA ROJAS, Agustina. 2005, Koshi shinanya ainbo. El testimonio de una mujer shipiba. UNMSM, Lima

CL4: MARTÍNEZ, Gregorio. 1977, Canto de sirena. Mosca Azul Editores, Lima.

CL5: VARGAS LLOSA, Mario. 1987, El hablador. Editorial Seix Barral, Barcelona.


Lecturas recomendadas:


ÁVILA, Francisco de (Recopilador). 1987, Ritos y tradiciones de Huarochirí. IEP, Lima.

BUSTO DUTHURBURU, José Antonio del. 2001, Breve historia de lo negros del Perú. Fondo Editorial del Congreso del Perú, Lima.

MATOS MAR, José. 1986, Desborde popular y crisis de estado. Instituto de Estudios Peruanos, Lima.

MOROTE BEST, Efraín.1988, Aldeas sumergidas. Cultura popular y sociedad en los Andes. Centro de Estudios Rurales Andinos Bartolomé de las Casas, Cusco.

SAN ROMAN, Jesús. 1975, Perfiles históricos de la Amazonía peruana. Ediciones Paulinas, Lima.


Para la investigación de la tradición oral y testimonial peruana:


* Se recomienda visitar el la BNP, el Instituto Francés de Estudios Andinos (IFEA), el Centro Amazónico de Antropología y Aplicación Práctica (CAAAP), el Museo Nacional Afroperuano, el CELACP, entre otros.

** Revisar los números de las siguientes publicaciones periódicas:
Allpanchis. Revista del Instituto de Pastoral Andina, Cusco.
Amazonía peruana. Revista del Centro Amazónico de Antropología y Aplicación Práctica (CAAAP), Lima.


Se recomienda visitar las siguientes páginas web:

http://ojoverde.perucultural.org.pe

http://www.museoafroperuano.org

Una lectura de Adiós Ayacucho

Una lectura de Adiós Ayacucho de Julio Ortega

Por Cecilia Flores

La obra Adiós Ayacucho es una manifestación clara de la violencia de la que fueron víctimas muchos campesinos durante la guerra interna que vivió nuestro país desde principios de los años ochenta y que se extendió por más de dos décadas. En esta obra está representada la violencia que se efectuó por parte del Estado y cuyos pobladores, principalmente ayacuchanos, fueron los más golpeados debido a que fue el espacio en el que se dio inicio el conflicto armado.
Alonso Cánepa es el personaje que permite darles la voz y la palabra a todos aquellos campesinos marginados y victimados por las fuerzas del estado.
Desde el título de la obra Adiós Ayacucho, Julio Ortega pretende señalarnos lo que presenta en su novela. Considero queesta nominación es muy sugerente, ya que expresa un significado denotativo: “Adiós” expresa la despedida y “Ayacucho”, a partir de su significación compuesta por dos palabras quechuas: “aya” significa muerto y “cucho” rincón o lugar, esta palabra expresa lugar o rincón de los muertos. Es decir, es un pueblo en el que “abundan” los muertos, ello debido a que el poblado ayacuchano fue el más azotado durante la guerra interna.
Alejarnos de nuestro territorio para ir a uno ajeno, donde la indiferencia e injusticia prima, es una situación dolorosa, sobretodo para el migrante provinciano. Se puede señalar que en Adiós Ayacuchose representa una doble despedida que es doblemente dolorosa.
La primera despedida ocurre cuando el personaje Alonso Cánepa es asesinado por las fuerzas del orden acusado de pertenecer al movimiento senderista. En esta primera despedida el cuerpo de Alonso Cánepa, como materia viva, se desvincula de su pueblo, cuando es asesinado, es decir, cuando ocurre la muerte física.
La segunda despedida ocurre cuando el cuerpo inerte de Alonso Cánepa se desvincula de su pueblo para dirigirse a Lima a recuperar sus huesos, aquí ocurre una “Muerte simbólica” tal como lo señalanVíctor Vich y Alexandra Hibbett en el epílogo[1] de la novela de Julio Ortega (2008:107). Esto está referido a que la muerte de Alonso Cánepa ha abierto una brecha entre la muerte y el descanso eterno debido a la incompletud de sus partes humanas, en este caso sus huesos. Se supone que la muerte debería significar el descanso eterno, pero a causa de la ausencia de sus miembros y a la falta de respuesta de por qué se ensañaron con él y con su cuerpo, no puede hacerlo. En Cánepa está el deseo de ir en busca de sus partes, desea recuperarlas, y a través de esto buscar al responsable de su muerte, encontrar la respuesta, quizá la reivindicación y descansar en paz.
Por ello la expresión: “Vine a Lima a recuperar mi cadáver”, es la más directa manifestación de la exigencia de Alonso Cánepa por recuperar su cadáver y junto con él encontrar al responsable directo de su asesinato.
En Adiós Ayacucho, se concibe la hegemonía del poder que se encuentra en el discurso a partir del diálogo que se entabla entre elantropólogo y Alonso Cánepa. La Antropología como ciencia social que estudia al hombre en su integridad, bajo sus múltiples dimensiones, que responden a una determinada cultura y, por tanto, formas de pensamiento, no asume juicios valorativos señalando la superioridad o “inferioridad” de una o más culturas.Sin embargo, el antropólogo asume juicios valorativos que suponen a la cultura que él representa: la occidental, superior a la cultura que representa Alonso Cánepa: la cultura del peruano profundo. Elidiendo de esta manera uno de los principios antropológicos: entender los distintos sentidos culturales.
- Para expresar mi vida sólo tengo mi muerte- había dicho yo, sabiendo que el otro diría: “Vallejo”, satisfecho de reconocer una cita, lo que me permitiría decir:
- Un experto en estos asuntos- ilustrando así mi autoridad en el tema.
- Pero, ¿quién te crees tú?- volvió, sin embargo, el antropólogo-. ¿Drácula con su siervo idiota?
- […] ¡El hombre biónico nativo! – se burló el limeño-. (35)
Pero la hegemonía del poder que se encuentra en el discurso rompe su estructura “normal”. Es decir, el discurso del antropólogo que es la representación de la mentalidad occidental atraviesa por un proceso de deconstrucción: La deconstrucción del discurso antropológico (Víctor Quiroz)[2], para asumir una posición de inferioridad en el discurso. En tanto que, el discurso de Alonso Cánepa que representa la mentalidad del indígena, de aquel peruano profundo, asume una posición de superioridad en el discurso, rompiendo los esquemas tradicionales. Esta deconstrucción se evidencia en tres aspectos: en el diálogo sobre el juicio de Atahualpa, sobre el informe de Uchuraccay y en la carta dirigida al presidente Belaúnde.
En el diálogo sobre el juicio de Atahualpa, Alonso Cánepa expresa, lo que considera sería el primer derrotero de la ciencia social, y particularmente de la antropología, ya que pone en evidencia el choque que hubo entre la oralidad andina, la palabracomo discurso, y la escritura (conocimiento occidental, que ostenta poder) bajo la imposición de esta última. En este aspecto el entendimiento humano respecto de la diferenciación de culturas, quedó desterrada por el sentido colonizador.
- ¿Tú crees que el cura Valverde era antropólogo?
- […] Pero fíjate se portó como un científico social. Preparó un verdadero juiciodel inca Atahualpa, anticipando su repuesta, y confirmando sus propias ideas. Era muy zorro ese curita.
- […] El Inca no había visto nunca un libro y cuando Valverde le alcanza la Biblia se la lleva a la oreja, creyendo que le hablaría.
- […]Acuérdate que Valverde le hace un discurso a Atahualpa. Es el primer encuentro de los españoles y los incas. Pero el Inca arroja la Biblia al suelo, y esa era la señal convenida para atacar.(29)
En el Informe de Uchuraccay, se plasma la articulación entre el conocimiento y el poder que posee una sociedad que no respeta al “otro” como sujeto de par, sino que lo excluye, lo margina y lo subalterniza. En este sentido la novela representa con rechazo esta forma de concebir a la sociedad andina a partir del diálogo manifestado por Alonso Cánepa. Cuya pretensión es denunciar cómo la concepción de la modernización, que recae en la mentalidad colonial, remite a relegar a la cultura andina, rotulándola de “primitiva” y sin nociones de “modernidad”.
- Pero fíjate en el discursito de la comisión de Belaúnde en Uchuraccay- Volví a la carga, armado de paciencia, sabiendo que la batalla sería larga.
- […] Es el discurso de tus colegas antropólogos, ¿verdad? “Venimos en nombre del tayta Belaúnde, ya sabemos que ustedes mataron a los ocho periodistas porque estaban en un estado de confusión cultural, y que ustedes tiene sus propias costumbres y modos de hacer justicia, o sea que la policía no los instigó a esa matanza, ya que ustedes confundieron a los periodistas con guerrilleros”. Igualito que el discurso de Valverde, ¿no? (30)
En este sentido se aprecia cómo la mentalidad colonial concibe las diferencias culturales a partir de la concepción del atraso atribuido a esta “otra cultura”, de allí que se emplee el término de “Peruano profundo” para hacer referencia al sujeto subalternizado. Condición de la que es plenamente consciente Cánepa.
- Sí - replicaba él, caústico-, por delicado es que te sacaron la chochoca, ¿no?
- No, pues - protesté - , por peruano profundo. (27)
Sin embargo, en la novela, Alonso Cánepa pretende rebatir la condición de subalterno efectuada por la antropología, remitida en el Informe de Uchuraccay, mediante el empleo del discurso, como se aprecia en la siguiente reflexión:
Yo discrepaba totalmente de ese informe exculpador de los métodos de la guerra sucia, pero creía conocer bien la lógica estatal como para saber que alguien, hoy en Uchuraccay como ayer en Cajamarca, tenía que darle al Estado una argumentación formal. Sólo faltaba ver cuánta violencia podía desatar ese Estado antes de anegarse en sangre, ya sin justificación dominante posible. (41)
Como se aprecia en la cita referida, Cánepa está en total desacuerdo sobre los informes que remiten los acontecimientos en la historia, informes que minimizan la problemática social, violentando la cultura indígena, conduciéndola a un estatus de inferioridad. Estatus en el que se ha mantenido desde lo acontecido en Cajamarca. Es por ello que se mencionan ambos hechos (Cajamarca y Uchuraccay) como un hilo conductor que explica cómo se llega a concebir a la cultura indígena como subalterna, a partir de los precedentes en la historia y que han dejado sus huellas en la actualidad.
Referente a la carta dirigida al presidente Belaúnde, en Alonso Cánepa se puede apreciar su juicio crítico respecto a la problemática del sistema. Él distingue con precisión la raíz de la violencia en la sociedad, la pone en evidencia. Alonso Cánepa es consciente de cuál es el origen de la violencia generalizada. Ubica al responsable directo de dicha violencia, en este caso en el sistema que dirige el presidente Belaúnde, y la manifiesta en una de las cartas dirigidas a él:
Sus periodistas han determinado que la violencia se origina en Sendero Luminoso. No, señor, la violencia se origina en el sistema, y en el Estado que usted representa. Se lo dice una de sus víctimas, que no tiene ya nada que perder. Se lo digo por experiencia propia. Sus abogados han determinado que las leyes del Estado no se aplican a los excesos de violencia de mismos campesinos, instigados por las fuerzas antisubversivas, como si el Estado no representara a las naciones del país (y es verdad que lo hace mal), pero esa noción jurídica primitivista y paternalista sirve, reveladoramente, para encubrir a los verdaderos culpables de la matanza campesina, multiplicada por las fuerzas de la represión. Anote que aquí mueren más campesinos que terrucos y milicios. (43-44)
En este extracto de la novela podemos apreciar la claridad en el pensamiento de Alonso Cánepa al referir que la violencia del que ha sido víctima, al igual que muchos otros campesinos, no recae en el movimiento senderista; sino en el sistema, que ha permitido se genere y radicalice.
Vemos que ese sujeto subalterno da inicios a la construcción de su propio pensamiento, y adopta una postura que difiere de la postura del Estado, al que denuncia por violar los Derechos Humanos y el sistema de leyes, y por considerarlo responsable directo de su muerte y la muerte de la población que ostenta su misma condición. Al dejar las zonas campesinas en manos de las decisiones de los militares cuando fueron declaradas zonas de emergencia.
El hecho de que el antropólogo escriba la carta dictada por Alonso Cánepa, expresa que el orden “normal” del discurso antropológico se va desvirtuando. Porque ese hombre indígena, Cánepa, de ser objeto de estudio del antropólogo, va obteniendo mayor notoriedad, más allá de los pensamientos del antropólogo y asume une postura activa y racional, y cuya capacidad de respuesta es más contundente que la del antropólogo.
En esta novela también se resalta una contraposición entre lo urbano y lo rural, así como el grado de sensibilidad que manifiesta el hombre urbano y el hombre rural. El primero se apoya en la mentalidad occidental, el segundo en lo propiamente indígena, pero ambos agentes están enmarcados en un sistema de violencia.
Lo urbano en la novela se presenta como una realidad caótica, desordenada, deshumanizada, donde abundan los locos, los mendigos, la delincuencia. Un centro afectado también por la violencia y el sistema de poder. “Alsalir a la calle el intenso olor me resultó familiar. Lima olía imparcialmente a orines” (72).Y en este marco referencial la insensibilidad y la capacidad crítica del hombre se desvinculan de él, volviéndose en amenazas frente al sufrimiento del hombre de campo, es una insensibilidad que degrada la condición humana.
- Le falta un ojo. Qué bestia- Dijo alguien con admiración.
- […] ¿Cómo perdió el brazo? – preguntó el tipo.
- Me lo arrancó la policía – dije.
- Por algo será – dijo otro.
- ¿Y la pierna es de nacimiento o está de moda en Ayacucho? – se burló alguien.
- También me la arrancó la policía.
- Tiene que ser un tipo súper peligroso – se alarmó una mujer.
- ¿Y cómo sobrevivieron a tanta policía? – preguntó uno.
- No sobreviví – dije, humilde -, me morí no más.
Rieron todos y aplaudieron.
En este fragmento podemos apreciar cómo la indiferencia e insensibilidad del espacio urbano se manifiesta en la vacuidad del espíritu del hombre, al no manifestar menor conmiseración por la violencia que sufrió Alonso Cánepa. Estos personajes no se inmutan por su forma, por su condición física. Se presentan en la novela como personas deshumanizadas sin capacidad para el razonamiento propio. De esta manera se manifiesta cómo la urbe asimiló la violencia política. En la concepción urbana cada víctima representaba ser parte de la estadística. Ese grado de degradación del hombre se representa generalizado en la figura de “Petiso”. Él, a pesar de ser un niño, no siente menor asombró por la condición de Cánepa, ni remordimiento al traicionarlo, ha perdido la inocencia y la candidez propias de su edad para asumir los rasgos de una sociedad urbana degradada.
Por el contrario, lo rural representa un grado elevado de sensibilidad, hacia el propio espacio y hacia su propia gente: “Si me descubriese una gente de la puna, seguramente se echaría a llorar…” (27). Sensibilidad que no encuentra en la ciudad y que frente a esta indiferencia, la locura pareciera ser una vía para ser considerado ser humano. En contraposición a ese mundo caótico, lo rural se presenta como un lugar añorado: Sentí una profunda necesidad de descansar. Vi los campos verdes y amarillos de mi pueblo, sus cerros amables y sus vivas aguas. (72)
Es importante señalar el sentido que tiene la memoria en la novela, éste está representado en la memoria de Alonso Cánepa. Él no olvida su muerte, va a Lima en busca de sus partes, pero sobretodo va a buscar al responsable directo, para que responda el porqué de su asesinato, por qué se ensañaron con él, con su cuerpo, por qué se llevaron sus huesos, por qué lo degradaron de su condición humana. Y junto con estas interrogantes están las de los cientos de campesinos que fueron brutalmente asesinados por las fuerzas del Estado. Quizá, me atrevo a señalar, en la novela, nunca se llevaron sus huesos, quizá es una mención simbólica que el autor hace para referirse al grado de violencia que el Estado impuso para contrarrestar la subversión, y que esa violencia estaba dirigida desde la capital.
En este punto, el sentido de la memoria posee una doble función: en primer lugar, permite recordar el pasado, referido a la época de la violencia política, los abusos cometidos en ese contexto, para alcanzar una reivindicación en el presente y sobretodo con la comunidad campesina; en segundo lugar, la memoria como manifestación viva de la esperanza de construir una nueva sociedad, más justa, noble y sensible. Que integre a la población indígena, que la reivindique en su esencia y en su manifestación cultural.
Y en este sentido la simbolización de la esperanza de que en un futuro se pueda cambiar el sistema mediante una revolución, se concibe a partir del significado que se desprende del enunciado del final de la obra: “Ya me levantaría en esta tierra como una columna de piedra y de fuego” (79).
El fuego, es concebido como elemento purificador, que destruye lo malo y lo viejo, bajo esta perspectiva estaría destruyendo el viejo sistema, el que es injusto, el que denigra, el que subalterniza.
La piedra, como elemento simbólico del mundo andino, representa la memoria cultural acumulada a lo largo de la historia. En ella el tiempo guarda los aconteceres. […] La piedra es tiempo, razonamiento, camino que se conserva como referente para abrir el paso al futuro. (Huamán 2004: 203).
Lo que se expresa en este último punto es la manifestación viva del texto que recae en el deseo del personaje Alonso Cánepa de recordar la época de violencia, de guardarla en su registro memorial, que está simbolizada en la piedra, actualizarla y,mediante el fuego como elemento purificador, reivindicar a la cultura indígena cambiando la estructura social mediante una nueva revolución.
Podemos señalar, entonces, queAdiós Ayacucho es una novela que simboliza la violencia política, a partir de la representación física de Alonso Cánepa y de los diálogos que entabla en la obra. Vemos que el subalterno obtiene la palabra para poder expresarse, contrarrestar, cuestionary criticar el discurso oficialista que desentiende la realidad y concepción del mundo andino, que los concibe a partir de una mirada subalterna, diferenciadora y excluyente. Los diálogos permiten deconstruir ese concepto creado a partir de la modernidad y ahondar en la intimidad de los sentimientos y deseos del hombre de campo, manifestándonos el rechazo por el grado de violencia política generalizada y sus aspiraciones, mediante el empleo de la concepción mítica andina que alude al Pachacuti, de poder conseguir la reivindicación a partir de la construcción de una nueva sociedad, aquella que sea integradora, inclusiva, más justa, sensible y más humana.
*
[1] Epílogo que presenta el ensayo titulado: La risa irónica de un cuerpo roto: Adiós Ayacucho de julio Ortega (2008).
[2]Ficciones de la memoria. La novela del conflicto armado interno (1980-2000) y las tensiones de la modernidad colonial en el Perú. Artículo publicadoen la Revista Virtual “El hablador”. www.elhablador.com/quiroz1.htm

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Evaluaciones Semestre 2010-II

SEMESTRE 2010-II

INTERPRETACIÓN DE TEXTOS II

CODIGO C1 C2 C3 C4 PO
06060061 11 11 15 09 12
07060026 07 11 14 12 11
08060093 12 13 12 12 12
07060027 11 09 13 11 11
06060050 05 12 13 08 10

08060028 16 16 14 12 15
07060024 19 18 17 17 18
08060029 14 15 16 14 15
07060170 13 11 14 09 12
07060072 11 14 13 07 11
07060167 11 13 16 09 12
08060100 16 14 12 11 13
07060074 12 11 16 10 12

C1 = Control de lectura Nº 1
C2 = Control de lectura Nº 2
C3 = Control de lectura Nº 3
C4 = Control de lectura Nº 4
PO = promedio

CODIGO TM 1A 1B EX E1 E2 PO
06060061 08 13 14 14 16 00 08
07060026 14 19 16 18 14 14 14
08060093 18 10 16 13 17 17 17
07060027 16 19 11 15 15 17 16
06060050 12 15 14 15 00 00 00
08060028 16 19 15 17 16 16 16
07060024 19 19 16 18 17 18 18
08060029 16 19 12 16 15 17 16
07060170 18 12 16 14 15 17 16
07060072 12 14 11 13 14 14 14
07060167 14 19 11 15 12 15 14
08060100 16 11 11 11 14 14 14
07060074 16 16 12 14 14 17 16

TM = Trabajo monografico

1A = Examen parcial (Ficcionalidad)
1B = Examen parcial (Narratología)
EX = Promedio de Examen escrito
E1 = Exposición individual (cuento)
E2 = Exposición individual (novela)
PO = promedio